Historia de la «Vediella»

Hace unos días los hermanos Ferrer Mur de Casa Ferrer de Serveto, me envían una bella historia que vivió su madre Matilde Mur a la que todos llamábamos Tía Matilde.

La historia de la vediella.

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En el mes de Junio de 1938, en plena guerra civil; varios vecinos de Serveto y otros pueblos, entre ellos mis padres y hermanos mayores, huyeron a Francia por temor a las consecuencias de la guerra. Pasaron la primera noche en el Hospital de Parzán,  donde coincidieron con varios vecinos de Señes y Serveto, que  obligados conducían las vacas del valle a Francia.

A la mañana siguiente, mi madre y otras mujeres aprovecharon para salir a ordeñar, las vacas para desayunar, y fue allí, donde su hermano Ramón, que era uno de los que arreaban el ganado, le informo que cuando pasaron por Ordiceto, habían dejado algunas vacas «abandonadas», entre ellas alguna de casa El Ferrer. Una vez en Francia, mi madre y su cuñada  junto con algún vecino más, tras una estancia de siete días en Saint-Lary regresaron a Serveto, donde habían quedado algunos abuelos al cuidado de sus casas;  por ellos se enteró que en la Montaña de Chisten (Gistain) había una vediella (Ternera) de casa El Ferrer y sin pensar en los riesgos se fue a por ella.

 La encontró junto a otras vacas de Chisten y la reconoció por el siñal o marca que cada casa hacia a su ganado en las orejas, se encaminó con ella a San Juan, pero se encontró con la imposibilidad de cruzar el Cinqueta   disponía de  un puente hecho con una «rastillera»(como una escalera ancha) que solo podía pasar una persona y corriendo gran peligro, pero Matilde no se rindió, buscó ayuda en un vecino de San Juan que estaba en un campo  cercano, el cual le ayudó a poner unos tablones que encontraron en una borda cercana y así trataron de hacer cruzar el puente a la vediella  pero esta se negó, hasta que Matilde se quitó el delantal y le tapo los ojos, así consiguiendo que cruzara.

Siguió camino a San Juan a casa de unos parientes y estos le contaron que en una casa de Chisten tenían una vaca que llevaba la marca de casa El Ferrer (tenían la misma marca las dos casas) y así sin pensarlo más deja la vediella en San Juan tomando el camino de Chisten  donde pregunta el lugar que puede estar la vaca, cuando lo encuentra se dirige al amo del ganado diciéndole que viene a por su vaca, este en principio se resiste pero Matilde no se da por vencida y se acerca a la vaca y esta al verla corrió a su lado .

Así fue como una mujer de 30 y pocos años, valiente y decidida, consiguió las dos primeras cabezas de ganado, para empezar una nueva etapa de su vida, la postguerra. Nos dejó una lección de lo que es capad de hacer una MUJER por su familia….

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